“It was written I should be loyal to the nightmare of my choice.”Joseph Conrad, Heart of Darkness
Si uno busca en el diccionario –tomemos por ejemplo el de la Real Academia Española- la definición de fidelidad, la primera acepción que hallamos es “Lealtad, observancia de la fe que alguien debe a otra persona”. De esta manera, ubica a la fidelidad en el marco de la relación con un otro. Sin embargo, en la segunda acepción leemos que se trata de la “Puntualidad, exactitud en la ejecución de algo”·
Anaïs es una obra atravesada por la noción de la fidelidad y sus desafíos. A primera vista, si uno toca de oído las biografías de Anaïs Nin y de Henry Miller, podríamos pensar que nos encontraremos más bien con la primera acepción. Esa noción de fidelidad que se aplica a las relaciones humanas. Vemos la vida de una mujer –Anaïs, interpretada por Florencia Berthold- con su marido Hugo (Santiago Pedrero) y cómo la aparición de Henry (Ariel Nuñez), amigo de Hugo, pone en jaque el matrimonio, primero por el encantamiento que se da entre Herny y Anaïs, luego en la constitución de ambos como amantes. También se puede pensar en esa primera acepción de fidelidad en torno a otro matrimonio: el de June (Florencia Naftulewicz) y Henry, con su libertad sexual pero también sus celos, con el tumulto de sus idas y venidas.
Sin embargo, a medida que nos vamos interiorizando en la obra comprendemos que sería simplista verla como una problematización clásica de la fidelidad dentro de la pareja; es más bien una lectura de la crisis que surge entre los deseos de fidelidad para con uno mismo y cómo esto puede oponerse a la fidelidad exigida por el otro. Al mismo tiempo la segunda acepción (exactitud en la ejecución de algo) no deja de ser relevante a medida que Anaïs avanza en su carrera literaria y que asiste a Henry en la suya. Las nociones de fidelidad, entonces, se oponen y tensionan.
Teaser Anaïs – Obra teatral basada en la vida de la escritora Anaïs Nin –
Dirección y Dramaturgia Eloísa Tarruella from Gato Martínez Cantó on Vimeo.
Anaïs existe como esposa en un mundo de represiones y de deberes sostenido en la promesa de un sostén económico. Pero la Anaïs plena es aquella que se despliega medida que avanza en su relación –profesional, emocional y sexual- con Henry. En simultáneo, establece una relación intensa con June que le permite explorar no sólo el mundo de la amistad femenina sino también de las interacciones sexuales con otra mujer.
Mientras que su marido la devuelve al universo del deber-ser, sus instantes de soledad son los que la llevan a encontrarse sin velos con su deseo, con su literatura –escribe un diario a lo largo de toda la obra- y también con la figura de su padre, ausente, misterioso y onírico. En esa relación privada y sin testigos con su padre también se desenvuelven sus deseos y a través de ella también compone su arte.
La mujer-esposa de clase media alta conoce otro mundo junto a Henry y a June. Conoce el mundo de las relaciones matrimoniales que discuten con la moral de la época, el de la vida de escritor y sus dificultades, el de lo cosmopolita, el de la exploración sexual. Asimismo este contacto le permite recuperar y explotar en su vida todo lo relacionado con lo artístico: vuelve a bailar y la literatura adquiere un papel central. Contra la represión de su vida doméstica se recorta la libertad de su vida clandestina. Anaïs, con esa vida clandestina, elige por sobre todo construir y sostener la fidelidad consigo misma y dedicarse fielmente a la ejecución del arte que la conmueve, todo aquello que había pospuesto. Este proceso no transcurre en una algarabía continua, sino que se matiza con la angustia y los cuestionamientos propios de cualquier situación que saca al humano de su zona de confort. Como cualquier crisis.
Quizás porque no hay chance de sostener fidelidades con otros que vayan en contradicción a la lealtad con nosotros mismos, Anaïs elige poner en peligro su estabilidad y antigua felicidad para avanzar en la oscuridad –no siempre feliz ni sencilla- de un universo desconocido y así abrazar plenamente su verdadera esencia. Decide ser realmente y no vivir tímidamente en el parecer.
Ficha Técnica
Dramaturgia: Eloísa Tarruella
Elenco: Flor Berthold, Florencia Naftulewicz, Ariel Nuñez, Santiago Pedrero
Vestuario: Soledad Gaspari
Escenografía: Valeria Lía Martínez
Diseño de luces: Patricia Batlle
Audiovisuales: Patricia Batlle
Sonido: Lucho Corti
Fotografía: Patricia Batlle, Martín Gerardi, Meri Lucewicz, Federico Vallejos
Diseño gráfico: Meri Lucewicz
Música original: Florencia Albarracín, Juan Matías Tarruela
Asistente de producción: Meri Lucewicz
Asistencia de dirección: Martina Simeone
Producción: Eloísa Tarruella
Dirección: Eloísa Tarruella
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